¡Hola Mentee!
En este artículo:
- Te hablaré sobre los focos rojos en la relación de pareja.
- Quiero hacerte consciente de 5 reacciones comunes por las que no ponemos límites.
- Te doy 7 consejos para evitar que tu relación se convierta en una relación tóxica.
Tú tienes el control.
Hay quienes todavía dicen que el matrimonio es un volado, que no sabes lo que te va a tocar…, ¡eso es una gran mentira! También dicen “¡A ver qué suerte le toca!”, como si la persona con la que vas a contraer matrimonio o con la que te vas a comprometer jamás la hubieras visto en tu vida.
Eso lo puedo entender en aquellos tiempos en los que los matrimonios eran arreglados, no sabías con quién ibas a involucrarte. Pero ahora tú tienes todo el control, tienes el poder de decidir con quién te vas a casar, con quién vas a pasar el resto de tu vida. Incluso te le pones bravo o brava a tus papás, les dices “¡Yo quiero esta chica!” “¡Yo quiero este chico!”
Tú eres el único que tiene el control. Que pases por alto algunas cosas, es otro tema, precisamente el tema del que te hablo hoy.
¿Cuáles son los focos rojos en la relación de pareja?
En internet te encuentras muchas cosas, por ejemplo: Que no reconoce sus faltas y no pide perdón, que te menosprecia, que no invierte en la relación, que hay demasiado sexo, o poco sexo, que te quiere cambiar, entre otras.
Para mí todas esas son manifestaciones de los focos rojos. Y hay una cantidad infinita de ellas que es imposible enumerarlas. Lo mejor es enfocarte en el origen del problema.
5 orígenes de los FOCOS ROJOS en los que debes poner atención.
- Cualquier situación que te haga sentir incómodo o incómoda.
- Cualquier situación que te haga sentir inseguro o insegura. Ya sea física o psicológicamente.
- Cualquier situación que te quite libertad. Física, psicológica, de opinión, de decisión, etc.
- Cualquier situación que te haga sentir no valorado o no valorada.
- Cualquier situación que te impida ser tú mismo o tú misma.
¿Te encuentras en alguna de esas condiciones?
El problema se agrava cuando no pones límites, cuando dejas pasar las cosas y esto empieza a crecer.
5 reacciones comunes por las que no pones límites.
1. Prefieres evadirlo.
Ves el problema, pero prefieres mirar hacia otro lado. Como si girando la cara ya fuera a desaparecer todo. Te da miedo enfrentar la situación. No te quieres dar cuenta de que tienes un problema. ¡Te da miedo la realidad!
2. Lo justificas.
Dices “está cansado” o “está cansada”, …estresado, se siente presionada o cualquier frase similar. También piensas “tal vez yo soy el problema”, o, “yo lo provoqué”.
3. Lo minimizas.
Te dices a ti misma o a ti mismo: “Quizás estoy exagerando”, “no lo dijo en serio”, “no es para tanto”.
4. Lo disfrazas.
Usas frases como: “En realidad quiso decir…” o “quiso hacer…” O te pones positivo y reflexionas “algo bueno he de aprender de esto”.
Lo disfrazas tanto que llegas a conclusiones como: “Es mi pareja, es diferente cuando la pareja de… (la pareja de mi amigo o amiga o mi vecina, etc.) lo hace”. ¡Imagínate! ¡Es diferente cuando la pareja de otra persona hace lo mismo!
5. Vives con la eterna esperanza.
Ya se le pasará… va a cambiar… ¡O peor! …yo lo voy a hacer cambiar. Y, ¿sabes qué?, jamás vas a hacer que alguien cambie, a menos de que la otra persona esté totalmente consciente de que está en un error y que necesita cambiar.
También te das ánimos diciendo: Cuando tengamos hijos…, cuando nos casemos…, cuando vivamos juntos…, cuando estemos en nuestra propia casa… Y así te la pasas, esperando. Desafortunadamente esas no son razones para que mejore la situación.
Ahora quiero darte 7 consejos para que hagas frente a estos Focos Rojos
Y evites que la relación se convierta en una relación insoportable, en una relación tóxica que te haga sufrir de más.
1. Haz caso a tus sentimientos.
¡Esto nunca falla! Lo que sientas en tu interior, en tu corazón, es una sensación verdadera. No existe algo que te pueda explicar si está bien o está mal. Simplemente te afectó de alguna manera. Hazle caso a eso por favor.
Después buscarás a tu pareja para hablar de ello, pero, de entrada, nunca ignores un sentimiento. Es muy peligroso pasar por alto ese tipo de impactos. Luego le dirás: No me apoyaste…, no me diste mi lugar…, me sentí mal por…
2. Ante la duda, acláralo.
Por ejemplo, mi esposa y yo tenemos un trato: Cada vez que ella siente que yo la ofendí, me lo va a decir, lo va a aclarar. Y cada vez que yo también me siento ofendido o que me hizo sentir mal de alguna manera, se lo voy a decir para disipar cualquier duda.
Y, ¿sabes qué ha pasado?, la gran mayoría de las veces resulta que, lo que yo sentía, no era cierto. O lo que ella sentía que yo le hice, era infundado.
La mente nos hace caer en muchas trampas. La mente empieza a interpretar, a juzgar, a presuponer. Y, en considerables ocasiones, eso que juzga o interpreta es falso. Por eso, ¡ante la duda acláralo! Pregúntale: ¿Qué me quisiste decir con…?, ¿trataste de expresar esto…?, tomé tu comentario de esta manera…, ¿es así?
3. No toleres algo que tú no seas capaz de hacer.
Si tú no eres capaz de ofender a tu pareja, no aceptes que te ofenda. Si no eres capaz de gritarle, no toleres que te grite. Si no eres capaz de ponerlo en evidencia o corregirlo en público, no admitas que él lo haga. Si tú no eres capaz de ponerle el cuerno, no toleres que te ponga el cuerno. ¡Por favor!, no toleres algo que tú no seas capaz de hacer.
4. Escucha a la gente que te ama de verdad.
A tu familia, a tus seres queridos, a tus amigos cercanos. Ellos te dicen las cosas que observan y tú no haces caso. Lo que quieren es protegerte y tú los ignoras. ¡Escúchalos por favor! Ellos están viendo el escenario completo y se dan cuenta cómo te trata tu pareja, pretenden salvarte.
Y te he dicho que escuches a la gente que verdaderamente te ama, porque también puede haber gente que no te quiere de verdad y te va a contar mentiras, te va a meter ideas falsas en la cabeza.
5. Pon atención a lo que criticas en otras parejas.
Este ejercicio es muy útil. Vuélvete observador de lo que criticas y medita si estás viviendo cosas similares, si estás en situaciones parecidas.
Nos encanta criticar, pero, por lo general, no nos damos cuenta (o no queremos darnos cuenta) que lo que estamos observando en la otra pareja, también nos está pasando a nosotros.
6. Sé honesto(a) contigo mismo(a).
En el fondo ya lo sabes. Ya has advertido que ciertos comportamientos y cosas que hace tu pareja, no son correctos. ¡No vivas en el autoengaño!
7. Sé valiente.
Busca el mejor momento y la mejor manera de hablar con tu pareja. Enfréntalo sin pelear. Encara el problema. Manifiéstale lo que sientes.
Pero sé consciente de que el resultado es inevitable… Si te ama tanto, va a estar dispuesto o dispuesta a actuar de manera diferente, de acuerdo con lo que le estés mencionando; si no hay cambio, date cuenta de que no es amor verdadero, tarde o temprano va a llegar la separación, sólo es cuestión de tiempo.
Es mejor afrontarlo a edad temprana, a la edad en la que todavía puedes rehacer tu vida.
El costo hundido.
En cierta ocasión, estaba dando una mentoría y se me ocurrió explicarle a mi mentee que hay algo en el ámbito financiero que llamamos el costo hundido.
El costo hundido, en términos simples, es la cantidad de recursos (tiempo, esfuerzo, dinero) que invertimos en un proyecto y que ya no es recuperable.
Pero hay un efecto curioso: Mientras más se invierte en un proyecto, más nos cuesta salir de él, más nos duele dejarlo. Y eso nos hace tomar decisiones erróneas. Incluso, cuando a todas luces el proyecto no es viable, no queremos abandonarlo, nos aferramos a que funcione y le seguimos aportando dinero o invirtiendo tiempo o agregando cualquier cantidad de recursos con tal de obtener el resultado planeado.
Obviamente, nunca va a funcionar. Cada vez está costando más caro. Al final te das cuenta de que lo mejor es detenerse y abandonar ese proyecto, aceptar la pérdida.
Algo similar pasa en las relaciones sentimentales. Llevamos cierto tiempo en una relación y hemos puesto mucho esfuerzo en ella, que nos cuesta dejarla, nos duele abandonarla, queremos forzosamente hacerla funcionar. Podemos vaciarnos tanto hasta quedar sin energías, sin dignidad, sin autoestima, e incluso, sin nuestros seres queridos… pero no lograremos llevar esa relación a buen término.
La gran trampa.
Imagínate un gran agujero que tiene diferentes niveles. En la superficie está tu plenitud. Si no eres feliz, con el tiempo vas descendiendo un nivel y cada vez que desciendes te cuesta más trabajo subir al exterior. Es lo mismo cuando te apegas a una relación que no está funcionando.
Al llegar al primer nivel hacia abajo, si enfrentas la situación, es fácil salir otra vez a la superficie. Pero si no la desafías, vas a bajar al segundo nivel, luego al tercero, al cuarto… y así te vas a ir hasta que no puedas escapar. Por eso te recomiendo que la encares cuando veas los primeros síntomas de que no es una buena relación.
Yo sé que te da miedo. Pero, generalmente, cuando uno se niega a seguir en esas condiciones y habla con la pareja, ésta entiende y empieza a adaptarse porque quiere conservar la relación. Dale la oportunidad a la otra persona de entender qué es lo que te está pasando. No me malinterpretes, no quiero justificarlo diciendo que tal vez ni se ha dado cuenta, ¡no!, claro que se da cuenta, pero nos conviene hacernos los tontos, ¿verdad?, tu pareja le juega al tonto o la tonta, y actúa como si no pasara nada. Pero cuando lo enfrentas, reacciona “¡ah caray!” y se pone en línea, de ahí en adelante empieza a hacer modificaciones, repito, si es que quiere conservar la relación.
Pero si no lo hablas, si no lo dejas claro, vas a ir descendiendo en ese agujero hasta que ya no puedas salir y tu vida será puro sufrimiento. Te recomiendo —perdóname por ser repetitivo— hacerle frente, hablar, ponerte de acuerdo desde que ves los primeros síntomas de que algo no está bien en tu relación.
Espero que este post te abra los ojos y te ayude a transformar y mejorar tu vida de pareja.